Escena costumbrista donde el autor quiere poner de relieve el carácter sórdido de la situación: ambientada en Sevilla, el más joven de los hombres, con gesto burlesco, sostiene un vaso de vino, haciendo ver que los tres músicos ya han bebido. Los dos personajes de la derecha cogen sus instrumentos sin firmeza y tocan lo que al parecer es una música sin ton ni son.
La conservación de la obra es excepcional, hasta la actualidad mantiene los colores, figuras e iluminación casi inalterados.