Pintura estilo abstracto realizada por Pal Klee en 1937, muestra un tablero de ajedrez descompuesto, donde las figuras cuadradas se desarrollan en el tiempo mediante los tonos grises y los descuadres. Los movimientos del juego, según los entendidos, están representados por las fichas rojas y azules. El ganador de la partida es claro, el gran Rey rojo representado casi al centro del tablero.
Se cree que es la forma en que Klee representa la situación de dictadura que amenazaba el centro europeo.