Obra pintada por Wassily Kandinsky en 1928. El cuadro muestra una base horizontal triple, en la que se sitúan varios ángulos agudos que terminan en círculos. Los colores van independientes a las formas, creando un efecto de transparencia, característico de los cuadros de Kandinsky.
La pintura original se encuentra expuesta en el Museo Nacional de Arte Moderno de París.