Se trata de una obra de estudio pintada por Renoir en 1883, en la que utilizó a la modelo Aline Charigot, la cual se convertiría pronto en su prometida y luego esposa.
La playa que se aprecia en el fondo fue agregada artificialmente y no se considera que sea ninguna en concreto, sin embargo, algunos críticos la sitúan en algún punto de la costa de Normandía.
Este retrato representa para Renoir una nueva forma de pintar, la cual el mismo llama «seco». Se caracteriza por dar una importancia extrema al dibujo de la figura principal, la cual se delinea cuidadosamente para luego rellenarla con un aspecto realista (en contra de la praxis general de los impresionistas).
Actualmente esta obra se conserva en el Museo MET de Nueva York.