Pintura que retrata una escena urbana vibrante y nostálgica de niños jugando al fútbol en una calle de la ciudad al atardecer. La perspectiva de la obra dirige la mirada hacia un punto de fuga central donde los edificios altos y los rascacielos en el fondo se desvanecen en una cálida neblina, creando una atmósfera de ensueño.
En el centro de la composición, cinco niños están absortos en su juego, capturando la esencia de la inocencia y la alegría infantil. Sus movimientos están capturados con pinceladas dinámicas y colores brillantes que contrastan con las tonalidades más oscuras de los edificios.
Los edificios a ambos lados de la calle están detalladamente representados, con ventanas iluminadas que sugieren actividad en su interior. Las luces cálidas provenientes de las tiendas y las ventanas reflejan en el pavimento húmedo, creando un juego de luces y sombras que añade profundidad y textura a la obra.
El cielo al atardecer está pintado con una paleta de colores cálidos, predominando los tonos anaranjados, rosados y dorados que se mezclan suavemente, enmarcando la escena con una sensación de calma y belleza. Las pinceladas en el cielo son suaves y fluidas, en contraste con las líneas más definidas de los edificios.