Este cuadro plasma una vista icónica del skyline de Nueva York, destacando la Estatua de la Libertad y las Torres Gemelas del World Trade Center. La obra, pintada con un estilo realista y detallado, inmortaliza una era pasada de la ciudad antes de los eventos del 11 de septiembre de 2001.
En primer plano, la Estatua de la Libertad se erige majestuosa en su pedestal, simbolizando libertad y esperanza. Su silueta verde contrasta con el azul del agua y del cielo, creando un punto focal poderoso. El reflejo de la luz sobre el agua añade profundidad y movimiento, realzando la sensación de realismo.
Detrás, las Torres Gemelas dominan el horizonte, sus formas rectilíneas y geométricas destacándose entre los demás edificios. La luz del sol, posiblemente de una tarde otoñal, baña los rascacielos en tonos cálidos de amarillo y naranja, mientras que las sombras añaden un contraste dramático. Los edificios circundantes, con sus variados estilos arquitectónicos, enriquecen la composición, reflejando la diversidad urbana de Manhattan.
El cielo está pintado con suaves pinceladas que sugieren nubes ligeras, aportando una atmósfera serena y luminosa. Los barcos y ferris en el agua, representados con detalles precisos, añaden elementos de actividad y movimiento, capturando la esencia de una ciudad siempre en acción.