Este cuadro realista muestra una vista amplia de la Plaza Mayor de Madrid al atardecer.
La vida en la ciudad, en uno de los lugares más tradicionales de España, plasmado al óleo, otorgan a la obra un carácter tradicional. El pincel del artista capta de manera única la mezcla de penumbras y puntos de luz, envuelve el pasar de los sosegados viandantes.