Preciosa obra, pulcra y de gran valor para decoración. Muestra un torbellino de colores puros, con matices del negro, rosa, verde y dorado.
La espiral no llega a converger en un punto, sino que se disipa en una pequeña fuente, donde acaban flotando los parches de colores.
Las tonalidades y el movimiento de las figuras, recuerda la estética oriental, utilizada para describir letras y paisajes construidos con brocha.