Retrato de niño con caballo, el príncipe Baltasar Carlos (1629-1646), hijo de Felipe IV. La pintura pretendía promover la autoridad del futuro rey, quien ya posaba al estilo de su padre y su abuelo. De ahí el cetro en la mano derecha y la vestimenta militar, aun siendo un niño.
El paisaje del fondo denota que el personaje se encuentra en El Pardo (población de Madrid). La vista se dirige hacia las montañas de la sierra del Hoyo de Manzanares.