A lo largo de su carrera pintó al menos cuatro versiones de esta misma composición, la que aparece en esta imagen es una de las más difundidas. Su gran éxito se debe en gran parte al impacto que logra causar, toda la imagen exuda con gran fuerza sensaciones de miedo y calamidad inminente.
La inspiración de «El grito», en noruego «Skrik», proviene de una experiencia totalmente trivial, en la que el pintor daba un paseo, momento en el que se detuvo y tuvo una especia de visión, en la que sintió que la propia naturaleza le transmitía su angustia.