La inscripción bajo la pintura del pintor reza en latín: «Bartus Murillo seipsum depingens pro filiorum votis acprecibus explendis», que significa «…pintándose a sí mismo por petición de sus queridos hijos».
Aunque la apariencia del pintor es de un hombre relativamente joven, se cree que la obra fue pintada cuando el artista pasaba ya los 50 años, época en que sus hijos ya tenían la suficiente edad como para estar orgullosos del trabajo de su padre.
La composición sigue el mismo patrón que los grabados de las anteportadas de libros de la época: el protagonista enmarcado en un óvalo y bajo él los instrumentos y herramientas de su oficio: lápices y papel a su izquierda y una paleta con pinceles a la derecha.