Pintado en Estados Unidos el mismo año de la muerte del artista a sus 64 años.
Dice muchísimo sobre la psicología de Beckmann. Se presenta a sí mismo sin adornos, pero lleno de obstáculos para llegar a él mismo. La chaqueta de un azul vivo vibra con el color naranja de la camisa, colores alegres que contrastan con el ceño fruncido del personaje.
Su lenguaje corporal es defensivo: se protege el corazón con el brazo, una de las manos en el bolsillo, mientras la boca, los dedos y el cigarrillo cubren la parte inferior de la cara, que es parte fundamental de su identidad. El ceño nos descubre un estado pensativo constante que se aprecia también en muchas de sus fotografías y una mirada no hacia el espectador, sino más bien al horizonte.