Esta obra muestra la Casa Milà (Paseo de la Gracia, Barcelona) con un estilo realista, moderno y lleno de contrastes.
Por una parte, la mitad inferior del cuadro se muestra, gris, casi negro, frío y quieto. Los elementos de la ciudad contemporánea se presentan como un paisaje robot, automatizado por los semáforos y la circulación.
Por la otra parte, sobre la mitad superior emerge con vida, luz brillante y sobras poderosas, el edificio de Gaudí, moviéndolo todo a su alrededor con sus curvas sinuosas, casi al estilo del rococó. La obra es redonda.