Se trata del óleo más grande que hay y que ha habido en la ciudad de Venecia hasta el día de hoy. Permanece en el mismo lugar original donde fue pintado, en la Basílica de Santa María dei Frari. En gran parte esta obra fue responsable de catapultar la fama de Tiziano en la zona, aunque no sin polémica, ya que no pocos cercanos a la congregación tenían serias dudas sobre calidad de la pintura.
Retablo alegórico que muestra la Asunción de la Virgen María, es decir, el momento en que fue llevada por Dios al cielo, en carne y hueso, tal como describe la tradición cristiana. Se considera obra modélica del estilo renacentista italiano.
En la capa inferior, los apóstoles representan a los mortales clamando al cielo, mientras la Virgen, central y rodeada de ángeles, asciende. Arriba, Dios Padre observa atentamente, acompañado de ángeles, simbolizando la conexión celestial.