Esta es una de las tres obras que Tiziano pintó para instalar en el techo de la basílica de Santa Maria della Salute, Venecia. Las otras dos muestran a «Caín y Abel» y «El sacrificio de Isaac».
En un incendio en el año 2010 sufrió daños por el agua vertida en las labores de extinción, pero fue recuperada casi totalmente.
El punto de vista de la escena es desde abajo, esto da mayor protagonismo al cielo y al rayo de luz que aparece entre las nubes. La iconografía empleada es muy inusual en esta escena bíblica, ya que se aprecia a David rezando al cielo, después de haber derrotado al gigante.