Cuadro surrealista de inspiración religiosa, pintado en 1951.
En la época que Dalí realizó esta obra ya era un hombre bastante cercano a la Fe católica, aun así encontró varios detractores que no supieron entender el carácter modernista y la perspectiva original de la obra.
La figura central, está basada en un pequeño dibujo que San Juan de la Cruz había realizado en el siglo XVI.