Es parte de la serie que Camille Pissarro pintó en 1897, la cual tenía como tema principal «Los grandes paseos de París».
Este paisaje en concreto fue pintado más de una vez, con las variantes de color y luz que dan las diferentes épocas del año. Aquí está la misma escena pintada en primavera.
Se trata de una de las vías más concurridas de París, sobre la que Pissarro demuestra una especial predilección.