El lugar es un antiguo molino emplazado en la cima de una colina parisina, el cuadro muestra una escena social, cotidiana de un domingo en París, donde la clase trabajadora se arreglaba y salía a bailar, beber y comer en Le Moulin.
Se aprecian parejas bailando en la pista, mientras que familias conversan sentadas en mesas, con vasos de cristal y bebida. Los árboles alrededor hacen que la escena se convierta en algo natural, por lo que transmite un estado de ánimo de liberación y despreocupación.