Cuadro titulado «Retrato de Irene Cahen«, pintado en 1880 por Pierre Auguste Renoir.
Este retrato junto con otros dos, fueron encargados por el padre de las niñas, un conocido banquero judío. Renoir ya había trabajado haciendo retratos para las familias judías de París, sin embargo, el padre de Irene no aprecio la obra adecuadamente y pago muy poco por ella.
La pintura en si demuestra exquisitez, delicadeza en la composición y potencia la inocencia feminidad de la niña. El fondo verde del arbusto hace que la figura principal resalte con su vestido es blanco y pelo rojizo. Los tonos bien logrados del vestido blanco combinan con el color azulado de los ojos y el lazo del pelo.
Actualmente el cuadro se encuentra expuesto en la casa de la Fundación E.G. Bührle, Suiza.