Este óleo inspirado en el estilo de Vincent van Gogh, presenta una vista nocturna en la Gran Vía de Madrid. Los trazos gruesos, enérgicos, cortos y curvos de la pintura, conforman una pieza que fusiona lo clásico y lo moderno en una escena urbana contemporánea.
La arquitectura icónica de los edificios, especialmente el destacado edificio Metrópolis, está bañada en tonos cálidos de luz artificial, que contrastan con los tonos fríos del cielo azul profundo y las sombras de la noche. Los reflejos del agua en las calles mojadas capturan el dinamismo de la ciudad, mientras los vehículos y las personas añaden movimiento y vida a la composición.
El uso de contrastes entre amarillos y azules, crean una atmósfera vibrante, nostálgica, donde la ciudad de Madrid parece cobrar una nueva dimensión.