Mientras el cuadro original estaba en posesión de un amigo personal del pintor, dos años después de regalárselo, se lo pidió para hacerle unos cambios. El resultado fue la reorganización completa de los personajes.
Quitó cinco centímetros de izquierda y derecha, a la vez que añadió lienzo de unos veinte centímetros en la parte superior, para trabajar todo lo que actualmente son las chicas del ballet sobre el escenario.
Lo interesante de este trabajo es que presenta una propuesta de contrastes en varios niveles, incluido el estilo, ya que las bailarinas están pintadas al modo impresionista y los músicos al realista. Otras contraposiciones como la luz y la sombra, la candidez y la madurez, la gracia y la seriedad, y finalmente lo femenino y lo masculino.